Hoy, desde lo más profundo de mi corazón, quiero dar gracias. Esta etapa que comienza no ha sido fácil… ha estado llena de desafíos, de dudas, de momentos que pusieron a prueba mi fortaleza. Pero también ha sido un camino lleno de fe, de amor y de propósito.

Gracias a ti, Jesus H Chavira mi esposo, por ser mi compañero constante. Por tu apoyo silencioso, por tus palabras de aliento, por no soltarme cuando más lo necesitaba. Has sido mi fuerza en los días grises y mi alegría en los días de luz. Tu fe en mí ha sido el impulso para seguir adelante.

Gracias a mi Padre Dios, por caminar a mi lado, por mostrarme que incluso en el dolor hay propósito, y que cuando uno trabaja desde el alma, todo florece a su tiempo. Gracias por darme este don, esta mirada sensible que me permite capturar lo invisible, y por abrirme el corazón para entender que la fotografía es mucho más que una imagen… es una forma de amar y de servir.

Gracias a la Virgen María, por su ternura infinita. Por cubrirme con su manto cuando el miedo me tocaba, por guiarme con delicadeza y proteger este sueño que apenas comienza a crecer. Madre, gracias por recordarme que todo lo que se hace con amor, permanece.

Hoy comienza una nueva etapa, y la fotografía es parte de este renacer. Es mi manera de conectar, de agradecer, de devolver al mundo un poco de todo lo que me ha sido dado. No solo tomo fotos: cuento historias, guardo memorias, capturo almas.

Gracias por acompañarme, por creer en mí, por ser parte de este camino. Con fe, con amor y con la cámara en mano… estoy listo para seguir.